Turquía y Alemania son dos países europeos que pueden ocupar un lugar importante en el futuro de África.
Son países que pueden contribuir al desarrollo del continente con sus experiencias en este campo y que tienen agendas políticas más positivas en comparación con otras naciones.
África enfrenta hoy numerosos problemas debido a su larga historia colonial y los esfuerzos modernos de dominación de los que es víctima.
Cuestiones como la pobreza crónica, la falta de infraestructura, la inestabilidad, la escasez de alimentos y la inseguridad destacan en el continente.
Las dificultades económicas que acompañan a la crisis de salud mundial suponen una carga adicional para África.
La dificultad para encontrar suficientes préstamos, la insuficiencia de los presupuestos públicos en la lucha contra el coronavirus y la falta de voluntad de los países ricos para ayudar afectan económicamente a los africanos.
Turquía y Alemania se encuentran entre los pocos países que ayudaron al continente durante la pandemia a superar la crisis global.
Ambos países destacan con sus inversiones y comercio con la región, así como con los préstamos y ayudas que le brindan, lo que ha mejorado sus relaciones con los países africanos de una manera estratégica en comparación con otras naciones.
Competencia global en África: Oriente y Occidente
Los países africanos, que han estado expuestos a la influencia económica, cultural y política de las potencias coloniales durante los últimos seis siglos, alcanzaron su independencia en un período tardío.
Los imperios occidentales colonizaron las tierras africanas durante cerca de 500 años. El sistema global cambiante que surgió luego de la Segunda Guerra Mundial ayudó a los africanos a obtener su independencia.
Mientras que este cambio provocó una competencia de dos polos, muchos países africanos tuvieron afinidad con el modelo socialista.
Con el colapso de la Unión Soviética, la región volvió al mercado liberal. No obstante, las propuestas de reforma de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial contribuyeron poco al desarrollo del continente.
Política alemana para África
Francia es el país que más invierte en África, ya que según el informe 2020 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el total de las inversiones de París en el continente es de USD 53.000 millones [1].
En segundo lugar está Reino Unido con USD 49 mil millones, seguido por Estados Unidos, con USD 48 mil millones, e Italia, con USD 29 mil millones.
Es necesario mencionar que Francia colonizó gran parte de África durante muchos años y sus inversiones son diseñadas para mantener su relación colonial.
Así mismo, es posible decir que la razón por la cual Países Bajos e Italia muestran interés en el continente es su esfuerzo por continuar sus relaciones coloniales a través de inversiones financieras.
Por su parte, Alemania, que no se encuentra entre los países que más invierten en África, ha tenido un creciente impulso de inversiones en la región en los últimos años.
Las inversiones alemanas en África se mantenían en solo USD 7 mil millones en 2008, pero para 2019 aumentaron a más de USD 15 mil millones.
Según el informe del Centro Kiel sobre Globalización, las inversiones de Berlín en el continente africano representan solo el 1% de sus inversiones mundiales y se concentran en unos pocos países africanos [2].
Más de la mitad de las inversiones, unos USD 8.400 millones, se destinaron a Sudáfrica, seguida de Marruecos con USD 1.530 millones.
Según el informe de la Oficina de Estadística de Alemania, la COVID-19 ha afectado significativamente las relaciones comerciales bilaterales, ya que a pesar de que batió récords hasta 2019, cayó significativamente en 2020 [3].
Mientras que las importaciones de Alemania desde África fueron de USD 16.8 mil millones en 2019, esta cifra disminuyó a USD 12.4 mil millones en 2020. De manera similar, mientras que las exportaciones de Alemania a África fueron de USD 17 mil millones en 2019, la cifra cayó a USD 13,9 mil millones en 2020.
Según el informe del Banco Central Alemán, se observó también una disminución en las inversiones directas de Alemania en África durante la pandemia. En este contexto, la inversión directa en África subsahariana, que fue de USD 898 millones en 2019, descendió a USD 726 millones en 2020.
Más del 50% de las inversiones alemanas son en el sector manufacturero, por lo que se puede decir que Alemania contribuye significativamente a la producción y, por tanto, al empleo en el continente. Según cifras de 2017, aproximadamente 200 mil personas son empleadas de 850 empresas alemanas en África.
Posible cooperación entre Turquía y Alemania
Al igual que Alemania, Turquía ha aumentado sus inversiones directas en África en los últimos años.
Turquía contaba con una inversión directa en África de aproximadamente USD 100 millones en 2003, pero para 2021 esta cifra ha llegado a USD 8 mil millones.
Además, Ankara tiene un volumen de comercio de aproximadamente USD 22 mil millones con los países de la región.
De acuerdo con las cifras de 2021, Turquía tiene USD 8 mil millones y Alemania USD 15 mil millones de reservas de inversión directa en el continente.
Al tener en cuenta sus volúmenes comerciales y reservas de inversión, Turquía y Alemania se encuentran entre los actores más importantes de África. Además, en comparación con otros países, tienen un mayor potencial en la región.
En términos de representaciones diplomáticas, tanto Alemania como Turquía están activas en toda África. Adicionalmente, los dos países le dan importancia a las instituciones públicas, las fundaciones y las ONG, lo que indica que no solo se mueven en el campo económico.
El continente africano es territorio al que Turquía y Alemania pueden transferir sus experiencias de desarrollo y contribuir a la región.
En este sentido, las oportunidades de cooperación que puedan surgir entre Turquía y Alemania proporcionarán beneficios a todas las partes, especialmente al pueblo africano.
Es obvio que estos dos países pueden ofrecer un trato más igualitario a África en comparación con sus rivales globales en la región.
A pesar de esto, no deben olvidarse los efectos negativos del período colonial alemán.
También es posible que la competencia comercial y el desacuerdo político entre Ankara y Berlín eclipsen la cooperación.
[1] https://unctad.org/system/files/official-document/wir2020_en.pdf
[2] https://www.kcg-kiel.org/kcg-policy-paper-on-german-fdi-in-africa-published-today/
[3] https://www.dw.com/en/germanys-trade-with-africa-falls-amid-coronavirus-pandemic/a-55080473
[AA, 14 de julio de 2021]